Se fueron las visitas y volvió el silencio

A toro pasado, puedo afirmar que este pasado fin de semana fue muy entrenido. El hecho de recibir en casa a tanta gente, éramos seis en total, hizo que no hubiera un segundo de descanso. Si bien fueron necesarias varias paradas técnicas en diversos coffeshops, nos pateamos la ciudad de arriba abajo.
Para gran alegía de la única chica que nos acompañaba, Laura, estuvimos dando varias vueltas al Barrio Rojo (Red Light District) y me encantó ver que la calidad de los escaparates no disminuye con el paso del tiempo, pues hacía más de dos años que no pasaba por allí.
Tengo que dcir que fue un poco rara la sensación de ver como se vacía la casa después de estar tan repleta por unos días. Sin embargo, fines de semana como este último son un regalo.
El mes que viene espero nuevas visitas, siempre un placer.